Presentacion y Bienvenida

Escuela Municipal de Jardinería

Carlos Thays

Tucumán

Como una necesidad de acercar la población ciudadana a un mayor contacto con la naturaleza, perdido este con los avances tecnológicos y en la búsqueda de un mayor confort externo para la vida ciudadana y su consecuente artificialidad, se crea la Escuela Municipal de Jardinería “Carlos Thays”


miércoles, 10 de septiembre de 2008

¿Donde estamos ubicados?



Estamos en el Parque 9 de Julio
de San Miguel de Tucumán
(1916)


Obra Artística: Charles Thays


Mas presisamente en la casa de la foto, en el mismísimo centro del Parque, a 100m de la Casa del Obispo Colombres.





En un óvalo gigantesco se realizó el trazado
original del Parque 9 de Julio con una extensión de 400 hectáreas.

Se inauguró en 1916 para las fiestas del centenario de la Independencia, su trazado fue obra del arquitecto urbanista francés, Carlos Thays.

Con el correr del tiempo, los espacios verdes pertenecientes al parque han ido disminuyendo a causa de las concesiones dadas a numerosas instituciones para levantar edificios como el ex aeropuerto, hoy Estación Terminal de ómnibus, hipódromo, el barrio San Martín, el barrio Sarmiento, Departamento de Educación de la U.N.T. y otros; reduciéndose actualmente a 100 Has.

De las atracciones que se pueden encontrar en el parque se destacan: el reloj floral, la pérgola y la fuente luminosa.

Entre las numerosas esculturas figuran: La Vestal, el Apolo, Joven en Oración y La Venus de Milo.




Están invitados a venir y disfrutar del verde, y claro, también a aprender
de la naturaleza junto con nosotros.

¡Los esperamos!

Programa de Estudio

Temario del Curso de Jardinería


Ciclo Básico

1.- Botánica: Nociones de morfología y fisiología vegetal. Sistemática vegetal.

2.- Climatología: Conocimiento de los factores y elementos del clima. Bioclimatología. Termoperíodo, fotoperíodo. Nociones de fenología.

3.- Suelo: Concepto y componentes. Nociones de textura, estructura, características químicas y biológicas.

4.- Ecología: Relación de los seres vivos con el medio ambiente. Nociones de ecosistema urbano.


Ciclo de Especialización


5.- Plantas Ornamentales: Conocimiento de las distintas especies. Anuales. Perennes. Herbáceas: de composición, césped. Arboles y arbustos.

6.- Técnicas Agronómicas: Reproducción vegetal: asexual y sexual. Sanidad y terapéutica vegetal. Fertilización. Mantenimiento.

7.- Fundamentos del Paisajismo: Conceptos. Jardines históricos. Estilos de jardines. Nociones de diseño. Técnicas de Dibujo. El color en el jardín. Espacios abiertos públicos.

8.- Recorrida y estudio del Parque 9 de Julio, para conocer su estilo y reconocimiento de las esculturas que allí se encuentran.

9.- Temas diversos: Orquídeas- Bonsai- Cactus. Visitas a viveros donde se dedicana la reproducción de los mismos.

10.- Prácticas: en el entorno de la Escuela, como en algunos sectores del Parque 9 de Julio.

11.- Visitas: a distintos Viveros de esta ciudad y Viaje a la Fiesta Nacional de la Flor en Escobar, Pcia. de Bs. AS., al Jardín Zoológico Temaiken, y al Jardín Japonés en Palermo, Bs. As.

Dirección de Espacios Verdes Municipalidad de San Miguel de Tucumán

Presentación y bienvenida

Escuela Municipal de Jardinería
CARLOS THAYS
Como una necesidad de acercar la población ciudadana a un mayor contacto con la naturaleza, contacto perdido con los avances tecnológicos y en la búsqueda de un mayor confort para la vida ciudadana y su consecuente artificialidad, se crea la Escuela Municipal de Jardinería “Carlos Thays” mediante Ordenanza n°1969/92 bajo la dependencia de la Dirección de Espacios Verdes de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.
Actualmente funciona bajo la organización y supervisión del Dpto. Técnico Agronómico de la Dirección de Espacios Verdes, siendo su objetivo capacitar a sus empleados a y la comunidad en general en el arte de la jardinería y protección y cuidado del medio ambiente con modalidad de aprendizaje teórico y práctico.

El curso que se dicta es una verdadera capacitación laboral dada la creciente demanda de mano de obra calificada en el rubro y su escasa existencia. Esta capacitación es la única en la provincia por su modalidad y temario de enseñanza y cobra importancia por la creciente demanda de mano de obra calificada y la falta de otras opciones de aprendizaje, o sea que la Escuela Municipal de Jardinería “Carlos Thays” viene a cumplir con especificidad los objetivos de su creación.
El aprendizaje implica 9 meses (2 veces por semana) de asistencia a las clases en aula y las prácticas en vivero y jardines y el estudio de temas como: clima, suelo, plantas ornamentales, técnicas agronómicas y botánica elemental, fundamentos del paisaje y diseño de espacios verdes.
Las clases son dictadas por técnicos y profesionales de la Repartición y la colaboración de especialistas del medio.
Al término del curso, los alumnos se encuentran capacitados para realizar por sí mismos o con supervisión la mayor parte de las actividades que llevan a la creación y mantenimiento de jardines públicos y/o privados.
La escuela realiza sus actividades en un edificio reciclado del Parque 9 de Julio. El mismo es de una construcción antigua (posiblemente de fines del siglo XIX), de arquitectura típicamente colonial. Es por ello que es necesario realizar permanentemente reparaciones, modificaciones y ampliaciones para adecuarlo convenientemente para el fin perseguido. También cuenta con un vivero experimental y didáctico como solar para aprendizaje práctico, en donde los alumnos realizan siembra en almácigos, repique de plantines, así como también se llevan a cabo tareas de reproducción de arbustos por medio de esquejes, injertos, etc.

Arquitecta María Graciela Gomez
Ing. Zootecnista Sergio Benitez Thiele

El caracol y el rosal [Cuento infantil. Texto completo]

El caracol y el rosal


Alrededor del jardín había un seto de avellanos, y al otro lado del seto se extendían los campos y praderas donde pastaban las ovejas y las vacas. Pero en el centro del jardín crecía un rosal todo lleno de flores, y a su abrigo vivía un caracol que llevaba todo un mundo dentro de su caparazón, pues se llevaba a sí mismo.

-¡Paciencia! -decía el caracol-. Ya llegará mi hora. Haré mucho más que dar rosas o avellanas, muchísimo más que dar leche como las vacas y las ovejas.

-Esperamos mucho de ti -dijo el rosal-. ¿Podría saberse cuándo me enseñarás lo que eres capaz de hacer?

-Me tomo mi tiempo -dijo el caracol-; ustedes siempre están de prisa. No, así no se preparan las sorpresas.

Un año más tarde el caracol se hallaba tomando el sol casi en el mismo sitio que antes, mientras el rosal se afanaba en echar capullos y mantener la lozanía de sus rosas, siempre frescas, siempre nuevas. El caracol sacó medio cuerpo afuera, estiró sus cuernecillos y los encogió de nuevo.

-Nada ha cambiado -dijo-. No se advierte el más insignificante progreso. El rosal sigue con sus rosas, y eso es todo lo que hace.


Pasó el verano y vino el otoño, y el rosal continuó dando capullos y rosas hasta que llegó la nieve. El tiempo se hizo húmedo y hosco. El rosal se inclinó hacia la tierra; el caracol se escondió bajo el suelo.

Luego comenzó una nueva estación, y las rosas salieron al aire y el caracol hizo lo mismo.

-Ahora ya eres un rosal viejo -dijo el caracol-. Pronto tendrás que ir pensando en morirte. Ya has dado al mundo cuanto tenías dentro de ti. Si era o no de mucho valor, es cosa que no he tenido tiempo de pensar con calma. Pero está claro que no has hecho nada por tu desarrollo interno, pues en ese caso tendrías frutos muy distintos que ofrecernos. ¿Qué dices a esto? Pronto no serás más que un palo seco... ¿Te das cuenta de lo que quiero decirte?


Puente sobre el lago. El Rosedal. Ciudad de Buenos Aires.
Carlos Thays


-Me asustas -dijo el rosal-. Nunca he pensado en ello.

-Claro, nunca te has molestado en pensar en nada. ¿Te preguntaste alguna vez por qué florecías y cómo florecías, por qué lo hacías de esa manera y de no de otra?

-No -contestó el caracol-. Florecía de puro contento, porque no podía evitarlo. ¡El sol era tan cálido, el aire tan refrescante!... Me bebía el límpido rocío y la lluvia generosa; respiraba, estaba vivo. De la tierra, allá abajo, me subía la fuerza, que descendía también sobre mí desde lo alto. Sentía una felicidad que era siempre nueva, profunda siempre, y así tenía que florecer sin remedio. Tal era mi vida; no podía hacer otra cosa.

-Tu vida fue demasiado fácil -dijo el caracol.

-Cierto -dijo el rosal-. Me lo daban todo. Pero tú tuviste más suerte aún. Tú eres una de esas criaturas que piensan mucho, uno de esos seres de gran inteligencia que se proponen asombrar al mundo algún día.

-No, no, de ningún modo -dijo el caracol-. El mundo no existe para mí. ¿Qué tengo yo que ver con el mundo? Bastante es que me ocupe de mí mismo y en mí mismo.

-¿Pero no deberíamos todos dar a los demás lo mejor de nosotros, no deberíamos ofrecerles cuanto pudiéramos? Es cierto que no te he dado sino rosas; pero tú, en cambio, que posees tantos dones, ¿qué has dado tú al mundo? ¿Qué puedes darle?


-¿Darle? ¿Darle yo al mundo? Yo lo escupo. ¿Para qué sirve el mundo? No significa nada para mí. Anda, sigue cultivando tus rosas; es para lo único que sirves. Deja que los castaños produzcan sus frutos, deja que las vacas y las ovejas den su leche; cada uno tiene su público, y yo también tengo el mío dentro de mí mismo. ¡Me recojo en mi interior, y en él voy a quedarme! El mundo no me interesa.

Y con estas palabras, el caracol se metió dentro de su casa y la selló.

-¡Qué pena! -dijo el rosal-. Yo no tengo modo de esconderme, por mucho que lo intente. Siempre he de volver otra vez, siempre he de mostrarme otra vez en mis rosas. Sus pétalos caen y los arrastra el viento, aunque cierta vez vi cómo una madre guardaba una de mis flores en su libro de oraciones, y cómo una bonita muchacha se prendía otra al pecho, y cómo un niño besaba otra en la primera alegría de su vida. Aquello me hizo bien, fue una verdadera bendición. Tales son mis recuerdos, mi vida.

Y el rosal continuó floreciendo en toda su inocencia, mientras el caracol dormía allá dentro de su casa. El mundo nada significaba para él.

Y pasaron los años.

El caracol se había vuelto tierra en la tierra, y el rosal tierra en la tierra, y la memorable rosa del libro de oraciones había desaparecido... Pero en el jardín brotaban los rosales nuevos, y los nuevos caracoles se arrastraban dentro de sus casas y escupían al mundo, que no significaba nada para ellos.

¿Empezamos otra vez nuestra historia desde el principio? No vale la pena; siempre sería la misma.

FIN

martes, 2 de septiembre de 2008

CHARLES THAYS (1849-1934)

Nació en París en 1849. Este arquitecto y paisajista francés, discípulo del afamado paisajista Edouard André, fue uno de los principales artífices de la remodelación y ampliación de los parques y plazas públicas en todo el país.

Carlos Thays llegó a la Argentina en 1889, se enamoró del país y se quedó a vivir por el resto de su vida. En 1891 fue designado Director de Parques y Paseos de la Ciudad de Bs. As., donde forestó calles, remodeló plazas, formó paseos, y amplió y remodeló parques públicos. También trabajó en las provincias de Mendoza, Córdoba, Entre ríos, Salta, San Juan y Tucumán.

Fue un profundo conocedor de la flora del norte y la Mesopotamia argentina y modificó el paisaje urbano de la ciudad de Buenos Aires. Carlos Thays hizo traer miles de árboles del Interior para plantarlos en las aceras de la Capital.


Parque 9 de Julio - Tucumán
(Postal Antigüa)

Los parques Centenario, Lezama, Patricios; la plaza Constitución, la del Congreso, la de Mayo o las Barrancas de Belgrano se deben a Thays, ya sea porque las concibió desde cero o porque las perfeccionó. Pero son el Jardín Botánico y el Parque Tres de Febrero sus principales legados en Buenos Aires.

Los bosques de Palermo constituyen el pulmón de la ciudad de Buenos Aires , posee doce mil ejemplares arbóreos (hay magnolias, araucarias, jacarandas, palmeras, etc.) nueve fuentes, grupos escultóricos y monumentos.

En el Jardín Botánico (1892-1898) que él formó y donde también se domiciliaba con su familia, ha dejado reunida la flora de las provincias argentinas y de otras regiones del mundo; en su delineación ha ejemplificado los tres tipos de diseño paisajístico: simétrico, mixto y pintoresco. El Jardín Botánico de Buenos Aires fue el resultado de las investigaciones desarrolladas por Thays acerca de las características forestales de nuestro país, y como corolario de las cuales formuló propuestas para la formación de parques nacionales, con el objeto de preservar los conjuntos más valiosos de Argentina.

Para particulares proyectó y formó parques, jardines, invernaderos, en más de cuarenta establecimientos rurales, especialmente estancias de la provincia de Bs. As. y también en los primeros grandes establecimientos campestres de recreación turística. Fue creador de parques y paseos públicos en Bs. As., San Juan, Tucumán, Córdoba, Paraná, Mendoza, Salta, Sao Luis do Monanhao (Brasil), Rosario (Santa Fé), Mar del Plata (toda su urbanización balnearia - entre 1903 y 1909), Coronel Suárez (provincia de Bs. As.), Montevideo, Santiago de Chile y de los trazados urbanos de Palermo Chico (Bs. As.), Carrasco (Montevideo) y de los pueblos de Chovet (Santa Fé).



En todas las ciudades importantes de la Argentina y en muchas estancias y residencias particulares se puede encontrar la huella de Carlos Thays en las arboledas y parques que instaló. Muchas veces sin saberlo estamos gozando de su genio y de su amor por el país.

Su proyecto de mayor magnitud es el Parque Nacional de Iguazú (1911) con selvas vírgenes, cataratas, paisajes naturales y el centro urbano.


Sus trazados para el residencial barrio porteño de Palermo Chico y la población balnearia de Carrasco en Montevideo (ambos en 1912), se caracterizan por su diseño pintoresquita que, tanto en la arquitectura como en el urbanismo, se asociaba a una cierta informalidad en el modo de vida, pero si bien el pintoresquismo arquitectónico era aplicado en Argentina desde tiempo atrás, el urbanístico fue introducido por Thays.



Fue, sin duda alguna, el gran maestro de los arquitectos y paisajistas, ya que diseñó fantásticamente todos los escenarios sobre los que trabajó, y dejó una obra de notable belleza.

Carlos Thays falleció en Buenos Aires en 1934.